De acuerdo con Israel Esparza Rodríguez, titular de la Dirección de Ecología Municipal de San Luis Potosí, la compra de 30 nuevos sensores de calidad de aire en la capital, el año pasado, fue suspendida debido a la situación de la pandemia.
Estos sensores ayudarían a evaluar el impacto de las actividades que causan la emisión de contaminantes diarios que se producen en la capital, lo que repercutirá de manera directa en las mediciones que realiza la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental, respecto a las partículas menores de 2.5 micrómetros.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó que estas partículas son consideradas entre las dos más peligrosas para el ser humano, ya que generan enfermedades cardiovasculares y pulmonares, ya que son partículas finas.
“Las particulas PM2.5 tienen un efecto mayor en la salud humana, sobre todo por su composición, que puede ser más tóxica y se caracteriza principalmente por la presencia de sulfatos, nitratos, ácidos, metales y carbono negro”, se lee en el informe de la Semarnat.
Esparza Rodríguez mencionó que aún no sabe si el proyecto podrá ser concluido durante la actual administración, sin embargo, esperan que sea un proyecto que continúe en la próxima.